Ulls

Ulls
Les meves paraules. La meva mirada. Els meus ulls.

Bienvenid@s - Benvinguts/des


- L'autor és el déu del llibre, però (...) un llibre no és exactament l'ànima de l'autor.

- No, però és el més pròxim sobre el món terrenal que trobaràs de l'ànima
.

[Laia Muntadas i Aina Soley]

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿Y si te dijera que te quiero?

- ¿Y si te dijera que te quiero?
- ¿Sería verdad?
- ¿Acaso importa?
- Siempre importa algo así...

Un brochazo de nieblina azotando la orilla del pantano y ése olor a agua, a tierra húmeda, a paz que ni todos los centros comerciales del mundo podrían sustituir... ¿cómo puede uno no enamorarse de tal paisaje?

- Los árboles están creciendo.
- Tú también. Pronto serás una mujer.
- No me vengas con esas. Después de hacerme el amor como me lo hiciste..., ¿aún me ves como a una niña?...
- Pues claro.

El otoño penetra en el bosque con su aliento de lluvia y de mala leche. ¿O quizá no debería decir "mala leche"? Suena vulgar. Suena a mi voz.
Es que estoy triste. Y ya sé que en muchos casos esto debería estar introducido con suavidad, hablando melancólicamente de todo un poco, y luego, disgregándose entre las palabras poéticas, dejarlo entrever, como un espejismo, visto y no visto; no tan claro, tan brusco, tan vulgar.
Pero ¿qué pasa si soy vulgar?...

- ¿Qué significo para ti?
- Ya lo sabes.
- Si lo supiera no te lo pediría.
- No preguntes si no quieres oír la respuesta...
- ¡Pero yo te quiero, joder!
- Lo sé..., lo sé.

Las novelas son esperanzadoras. Las novelas tienen un sentido ético y moral especial, al menos las románticas, las escritas pensando en adolescentes; ésas novelas creen que porque uno se enamora todo le tiene que salir bien. Mentira. De hecho, la mitad de las veces, cuando te enamoras -a lo mejor es un porcentaje mayor, si eres gafe- las cosas salen rotundamente mal, y poco te falta para sentir que te tiraste de cabeza al vacío.

- ¿Por qué no me quieres? ¿Hay otra?
- Qué va a haber otra.
- ¿Entonces?
- Piensa un poco y dime solamente si es posible.
- ¿Dices que no es posible quererme?
- Digo que no es posible que estemos juntos...

Entonces me callé y por una vez, por primera vez en mi jodida vida, pensé con madurez, con sensatez y sin taparme los ojos ante una realidad sucia y desagradable, y lo vi.
A veces no vale la pena enamorarse.
Y ésa frase retumba, ingénua, vergonzosamente inútil en mi cabeza:

- ¿Y si te dijera que te quiero?

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