Brillante Imperio de Melniboné:
Parecidos
Parecido al Imperio Chino por varios
motivos, entre los cuales se halla el Confucionismo, doctrina china
ideada y predicada por Confucio (551 a. C – 479 a. C), que,
salvando las distancias, se podría considerar una forma temprana de
fascismo.
Primero: los privilegios del
Emperador
La figura del emperador chino era un
ente privilegiado cercano y/o descendiente de los dioses (o dios
mismo), llegando los confucionistas a describirlo como Hijo del
Cielo. Era, por supuesto, un título hereditario, que significaba que
el emperador era el único ligado al mandato de los cielos hasta tal
punto de recibir órdenes directas del cielo, es decir, el ente
superior por excelencia. Eso le confería una importancia, una
autoridad y un conocimiento superior indiscutibles.
El hecho de que el título de emperador
sea hereditario no es sorprendente, y tampoco lo es demasiado la
autoridad absoluta del monarca; ambos son elementos que podemos
encontrar en otras culturas. Lo que sí llama la atención es que
reciba órdenes directas del cielo, lo más cercano que podemos
encontrar en el Confucionismo de un dios, y que por ello sólo él
pueda realizar algunos ritos. Ello significa que el emperador es
indispensable para su pueblo y tiene un conocimiento superior de las
cosas, motivo por el cual no se le puede desafiar. Además, algo que llama mucho la atención por el parecido que puede tener con la saga es que el emperador no es un dios en el sentido estricto de la palabra, como sí resultan serlo los faraones egipcios, entre otros, sino que es un simple siervo, aunque distingido sobre los demás mortales.
Existe, pues, cierto paralelismo entre
el emperador chino y el emperador de Melniboné, puesto que él es el
sirviente directo, por vía hereditaria y a causa de su título, del
dios-demonio de los melniboneanos, Arioco, al que sólo él puede
invocar para pedir ayuda y consejo. Además, a veces Arioco se le
aparece para decirle lo que tiene que hacer. Por otro lado, el linaje
del emperador tiene un conocimiento superior de las artes oscuras, es
decir, de la magia; aunque nadie tiene tan profundo conocimiento de
ellas como el mismo emperador, que es el único capaz de realizar
ciertas invocaciones por derecho de sangre.
Segundo: el aislamiento voluntario
Debido a la fuerte necesidad de
reformas, China experimentó una época de cierto aislamiento
socicultural durante la dinastía Qin (suena 'Chin' en español, y
es, seguramente, el motivo del nombre del país, China), la cual se
opuso firmemente al Confucionismo. Aunque esta dinastía duró menos
de veinte años, fue una época de reformas importantes, en la cual
se impuso una monarquía centralizada, se abolió el feudalismo y se
instauró la burocracia aristocrática, que es lo mismo que decir que
los cargos políticos estaban en manos de una aristocracia no
terrateniente. Posteriormente, la zona de influencia de China se
expandió hasta los países circundantes; principalmente la India,
Corea y Japón.
A pesar de que tal vez el parecido
pueda parecer débil, lo cierto es que hay algunos paralelismos,
aunque en orden inverso. Melniboné empezó su reinado como gran
potencia gracias a sus alianzas con las fuerzas del Mal,
representadas principalmente por Arioco. En ese tiempo, no sólo
gobernó el resto del mundo, sino que también se impuso un tipo de
reinado parecido, puesto que la aristocracia melnibonense no
representaba ninguna presión en el mandato de Elric, por lo que uno
puede pensar que a pesar de existir la nobleza, el sistema económico
y social no se basaba en el feudalismo, habiendo por lo tanto una
concentración casi absoluta de poder en el monarca. En el transcurso
de la historia, a pesar de seguir siendo una nación de gran poder,
Melniboné simplemente perdió el interés por mantener la influencia
en los territorios de los humanos, a los que consideran prácticamente
animales, con lo que entran en un estado aislacionista parecido al
que conoce China con la dinastía Qin.
Sin embargo, y siguiendo con la
comparación, China continuó siendo principalmente aislacionista,
aunque manteniendo algunas rutas de comercio, como la famosísima
ruta de la seda. Sólo mantenía contacto frecuente con los países
vecinos, a los que en algún período de tiempo logró integrar;
pero, por ejemplo, conviviendo con el Imperio Romano en la época de
la dinastía Han, no tuvo más que algún que otro contacto
esporádico con este. En ese sentido, China y Melniboné son
idénticas, puesto que, aunque alejada del resto del mundo y centrada
en sus propios placeres impíos, Melniboné sigue comerciando con los
reinos humanos. La única diferencia radica en que no hay otro
Imperio que le pueda hacer frente, al menos no sin ayuda interior.
Tercero: las drogas
El opio fue de gran importancia en la
historia de China. Descubierto ya por los babilonios y los sumerios,
en las antiguas Grecia y Roma se usaba con mucha asiduidad, llegando
a ser una fuente importante de ingresos, mediante impuestos, en el
Imperio Romano. Fue Alejandro Magno quien lo llevó hasta Asia, donde
fue considerado sobretodo un medicamento (igual que en su tiempo
Freud recomendaba la cocaína para uso terapéutico). Para el siglo
XVIII, sin embargo, Inglaterra y Estados Unidos decidieron convertir
la mayor parte de la población china en adictos al opio, un vicio
que llevaba siglos instalado aunque no con tanta fuerza, para así
tener jugosos beneficios comerciales en un momento en que el comercio
entre los tres países peligraba, al considerar los asiáticos que lo
que tenían que ofrecer los occidentales no les interesaba. De este modo,
exportaron gran cantidad de morfina y heroína, así como otros
derivados. Al gobierno chino eso no le hacía ni pizca de gracia, y
de hecho el
Emperador
Daoguang prohibió la venta y consumo de opio. Eso causó una fuerte
respuesta bélica de los dos países que se lucraban con el
narcotráfico, conocida como “las Guerras del Opio”, teniendo que
ceder al final China, lo cual no sólo dejó a la mitad de su
población adicta, sino que también fue un verdadero lastre para su
economía.
Aunque
en verdad el consumo de drogas ha sido generalizado de forma
atemporal y variada a lo ancho y largo del mundo, en la mayoría de
culturas eran en ocasiones puntuales y a veces ligadas con rituales.
Así, en las culturas donde existen los chamanes, estos usaban las
drogas para salir de su cuerpo y proyectar su “yo” astral; en los
oráculos griegos y romanos, así como en bacanales griegas y orgías
romanas, había abundante consumo de drogas; los vikingos se tomaban
setas alucinógenas que les permitía acceder al “berserkergang”
o “furia del berserker”... Como vemos, eran tradiciones y
momentos de placer puntuales, no verdadera adicción (al menos que
nosotros sepamos).
Sin
embargo, en China hubo una oleada de auténtica adicción; consumo de
drogas, en este caso opio, de forma regular y notoriamente
autodestructiva. Esto se relaciona estrechamente con la cultura
hedonista y drogadicta que impera en Melniboné. De hecho, Imrryr, la
capital de Melniboné, entre otros apodos tiene “la Ciudad del
Sueño”, y es precisamente por los efectos de las drogas que sus
habitantes gustan de tomar. Este consumo, como vemos reflejado en los
libros, no se limita en forma alguna a las clases altas, sino que
incluso los esclavos tienen acceso a los narcóticos, aunque algunas
veces no por voluntad propia..., puesto que una de las formas de
tortura de dichos esclavos es o bien haciéndoles tomar cierta clase
de drogas con las que tendrán una respuesta no precisamente
agradable, o bien privándoles de los narcóticos a los que sus amos
obligaron a volverse adictos.
Cuarto:
la duración
En
este punto, dejaremos de lado el Imperio Chino y nos centraremos en
la antigüedad de su cultura, o lo que es lo mismo, aparcaremos el
término de Imperio y nos fijaremos en las monarquías que ya se
llevaban sucediendo durante siglos antes de que apareciera la
dinastía Qin.
Según
se sabe, pues, la cultura china es una de las más antiguas que
todavía hoy tienen continuidad. La existencia de documentos escritos
nos permite atorgar a la cultura china una antigüedad de, como
mínimo, 3.500 años, aunque los mitos sitúan el origen de la
cultura china junto con la de los supuestos primeros emperadores,
llamados Fuxi, Shennong y el más importante de todos, el Emperador
Amarillo Huang, hace entre 5.000 y 6.000 años.
En
la saga de Elric de Melniboné, aparece frecuentemente la antigüedad
que se supone tiene el Brillante Imperio de Melniboné: ni más ni
menos que 10.000 años. Por supuesto, estamos hablando de una
exageración literaria, puesto que además debemos asumir que los
emperadores han sido, en todos estos milenios, del mismo linaje.
Cinco:
la tortura
La
tortura china tiene la fama mundial, no diremos que del todo
inmerecida, de ser la más exquisitamente cruel, dolorosa e
imaginativa de todas las existentes. Esta fama se la dio Marco Polo
en su “Libro de las Maravillas”.
Personalmente,
opino que las torturas de la Inquisición le hacen una buena
competencia, y tal vez incluso la superen, pero eso ya es cuestión
de gustos. En un ranking abierto a votación realizado por 20minutos
donde aparecen las 80 peores torturas de la historia, hay 4 distintos
tipos de tortura china que tienen el dudoso mérito de aparecer.
Estas son:
- El tormento de la rata: se coloca una jaula o un cubo que contenga una rata en su interior contra el estómago del torturado, y luego se espanta con fuego. Esta comerá el estómago del torturado por su afán de huir del fuego. Es una forma lenta y especialmente dolorosa de morir. Ocupa el séptimo puesto de la lista.
- La gota china: se coloca el torturado atado bajo una fuente de agua, aunque sólo se le permite gotear cada pocos segundos. El continuo golpeteo del agua contra la piel la acaba lacerando, pero la auténtica tortura está en que el sonido del agua goteando impide que el torturado duerma, además de que al torturado le es imposible beber cuando está sediento. Todo ello provoca un paro cardíaco. Ocupa el onceavo puesto en la lista.
- Las astillas: no se sabe a ciencia cierta si esta tortura surgió en China, pero supongamos que sí. Consiste en clavar astillas bajo las uñas, ya sea de las manos o de los pies. Si el torturado no suelta información (en el supuesto de que sea éste el objetivo), se queman, provocando más dolor. Ocupa el cuadragésimo primer puesto de la lista.
- El cepo chino: consistía en una caja, normalmente de madera, en la que se colocaban los pies del torturado, los cuales se apretaban con una manivela. Se iban apretando hasta romper todos los huesos de los pies de forma gradual, lo que médicamente se conoce como trituración ósea podal. Ocupa el quincuagésimo tercer puesto en la lista.
Por
supuesto, también hay otros métodos de tortura china que se han
ignorado, como la “Muerte por mil cortes”, que consistía en
drogar al torturado, atarlo a un poste y descuartizarlo, exponiendo
los pedazos de carne delante del mismo. La tortura terminaba con la
decapitación o la extracción de un órgano vital. Esta tortura
guarda mucha semejanza con el Seppuku, es decir, el suicidio ritual
propio de los Samuráis.
Aunque
en la saga no se menciona ningún tipo de tortura en especial (a
menos que consideremos el robo eterno del alma como un tipo de
tortura), al menos que ahora recuerde, lo cierto es que la tortura
ocupa un sitio privilegiado en la cultura melnibonesa. Existe gran
predilección por aplicarla, especialmente de los señores a los
esclavos, y es el método de interrogación más usado y querido por
el gobierno de Melniboné, cosa que incluye a Elric, que no siente
placer al aplicarla, por lo que sabemos, sino más bien cierto
aburrimiento. Incluso existe una tradición en el Imperio Brillante
que consiste en que el Emperador debe estar presente cuando se
tortura a un prisionero para sonsacarle información, aunque no es
obligatorio que se ensucie las manos, puesto que ya existe un cargo
destinado a esa función.