Ulls

Ulls
Les meves paraules. La meva mirada. Els meus ulls.

Bienvenid@s - Benvinguts/des


- L'autor és el déu del llibre, però (...) un llibre no és exactament l'ànima de l'autor.

- No, però és el més pròxim sobre el món terrenal que trobaràs de l'ànima
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[Laia Muntadas i Aina Soley]

viernes, 13 de enero de 2012

Salto

No tengo mucha experiencia en esto de vivir; de hecho, se podría decir que soy una puta novata. Tampoco tengo las mejores y más perfectas ideas de todo cuanto me rodea. Tengo claro que aún me falta crecer, evolucionar, probar. Y me da miedo.
Pero ¿a quien no le da miedo el cambio? Lo importante no es que te dé miedo. El miedo es algo inalienable en el ser humano, cuyo instinto es conservador. Queremos mantener aquello que conocemos porque nos da miedo equivocarnos si probamos algo nuevo. Quiero ser sincera, por una vez: estoy aprisionada en una cárcel de despótica ternura. Mis padres me quieren. Demasiado. Preferiría que me quisieran menos, que me dejaran caer de vez en cuando, que no me sujetaran con nubes de algodón: que me dejaran equivocarme, eso es vivir. ¡Quiero vivir! Y quiero hacerlo ahora, a riesgo de perderme y tener que arreglármelas para encontrarme.
¿Sabéis? Llega un momento en que tienes que tirarte de cabeza al vacío porque es eso o estancarte, y yo odio el estancamiento. Llega un momento en el que se abre ante ti la posibilidad de vivir más de lo que has hecho nunca, de ser libre por fin. Llega un momento en el que tienes que luchar por lo que más quieres porque, joder, ¡puedes perderlo! Y preferirías morir mil veces que perderlo. Me estoy decidiendo por la locura más grande de mi vida y sé que si la escojo nunca me voy a arrepentir. 
El arrepentimiento es muerte. Lo sé muy bien.
Vive sin arrepentirte de nada. Vive como si fuera mañana tu último día. Vive con tantas ganas que no quieras ni dormir por miedo a dejar pasar la vida.
Duda sólo el tiempo justo como para preparar la gran caída, aunque caída no es le mot just. Sería más bien: el gran salto. Un salto incommensurablemente grande, enorme, capaz de girar todo cuanto conoces y convertirlo en oro o en ceniza. ¿Da miedo? Claro, mirar el vacío siempre da miedo. Mirar el precipicio y, aunque tengas una cuerda atada al tobillo, decir: tengo que saltar. Pero ¿qué harás si saltar es vivir?