Ulls

Ulls
Les meves paraules. La meva mirada. Els meus ulls.

Bienvenid@s - Benvinguts/des


- L'autor és el déu del llibre, però (...) un llibre no és exactament l'ànima de l'autor.

- No, però és el més pròxim sobre el món terrenal que trobaràs de l'ànima
.

[Laia Muntadas i Aina Soley]

viernes, 26 de agosto de 2011

LUCES DE DIFUNTO - Esperpento del siglo XXI


LUCES DE DIFUNTO
Esperpento del siglo XXI

ESCENA PRIMERA
(Reposa la calle en oscura elegía. Las nubes compactas del cielo nocturno hacen de mampara para la trémula figura casi desvanecida de MAX ESTRELLA. Evidentemente está muerto. La Muerte le ha quitado el color de las mejillas. Observa raquíticamente los bultos de las casas desvencijadas en la noche contaminada. Baja lentamente hasta situarse al lado de un chiquillo de apenas diez años que está liándose un porro. Suspira decepcionado. El MUCHACHO, después de fumar, entra en una de esas casas seguido de MAX ESTRELLA, donde están una mujer y un hombre. Ella cocina y él mira la tele bebiéndose una cerveza. La primera, cráteres como mejillas y pelo crespo, es LA JESSI. Cuenta apenas veinticinco años. El hombre, un poco mayor que ella, barriguita cervecera y ojos hinchados de puro hastío y otras drogas, le llamaremos PLUTÓN por su tez oscura y su faz perruna. La casa tiene muebles tristes y viejos y una bombilla que titila)
LA JESSI: ¡Cagüentó! Ya ‘ra hora que llegases.
PLUTÓN: Deja en paz el crío.
LA JESSI: ¡Le dejaré cuando me salga del coño!
PLUTÓN: ¡Cállate ya, so puta!
LA JESSI: Puta será tu madre, porque puta yo ni un pelo.
PLUTÓN: ¡Y mira que te sobran!
MUCHACHO: ¡Vale ya! ¿Dónde está la cena?
LA JESSI: ¡Y el crío que nos viene chulillo!
PLUTÓN: Tú calla y pon la mesa.
MAX ESTRELLA: ¡Grandísimo panorama este que veo! El chico es un borrego traicionero y la mujer un perro grosero. ¿Y éste paterfamilias no se ha dado cuenta de que ya no está en Roma?
(LA JESSI pone la mesa refunfuñando mientras el MUCHACHO se sienta en una silla enfrente, con aire ausente. MAX ESTRELLA decide gastar una broma y explotarle la botella en las manos al paterfamilias moderno)
PLUTÓN: ¡Mierda! ¡Sangre!
LA JESSI (corriendo): ¡Quita! Yo te limpio.
PLUTÓN (con expresión de gran dolor): ¡Joder Jessi, que duele!
LA JESSI: De desagradecios está el mundo lleno.
MAX ESTRELLA (furioso): ¡Escupe incluso sobre los refranes más antiguos! ¡Es el infierno, no el mundo!
MUCHACHO (impertérrito): ¡¿Es que en esta casa no se cena?!
LA JESSI: ¡Tu padre está que palma!
MUCHACHO: Peleas más chungas he tenido yo. Me piro.
(El MUCHACHO coge la puerta y se va. LA JESSI abandona el cuidado de su marido)
MAX ESTRELLA (atónito): ¡Los jóvenes ya no hacen caso a los padres! Bendigo este mundo de enfermos terminales.
LA JESSI: ¡Y estos putos críos que se creen que aquí son los reyes, pueh no, que pa’ reina yo, ¿te enteras?!
PLUTÓN: ¡Deja el crío en paz!
LA JESSI: ¡Joder! ¡Que te desangras!
MAX ESTRELLA: La locura afecta todas partes. Qué deliciosa estupidez. Me entretienen las horas muertas.
LA JESSI: ¡Una ambulancia, una ambulancia!
MAX ESTRELLA: Y ahora llama al matadero.
PLUTÓN: ¡Déjame en paz! Estoy bien.
LA JESSI: ¡Qué vas a estar bien!
PLUTÓN: Déjame. Echan el fútbol.
(Se envuelve la mano todavía cubierta de cristales escarlatas con un trapo sucio de cocina. MAX ESTRELLA se destornilla ante la cara de la buldog)
LA JESSI: ¡Cagüentó! Ahora mismo vas al hospital.
PLUTÓN (visiblemente mareado): ¡Pero si no me pasa nada!
LA JESSI: ¡Que te estás muriendo!
PLUTÓN: Que sí, que sí… ¡Cabrón, eso es piscina!
MAX ESTRELLA: He aquí un futuro compañero de horas sombrías y días eternos.
LA JESSI (llamando con un móvil): ¡Socorro! A mi marido le ha explotao una birra en las manos.
PLUTÓN: ¡Serás puta! ¡Te he dicho que no es !
LA JESSI: Que te calles.
MAX ESTRELLA: Ahora la perrita ha sacado los dientes. Esto ya me aburre. Cuando las hembras sacan espuma, los machos agachan la cabeza. ¡Adiós, casa infecta! ¡Adiós, futuro compañero de juegos! ¡No tan temprano, aunque tampoco tan lejos! Algún día acabarás en el lodo. Aunque… (mirando a derecha e izquierda) estar frito es más divertido que esto.
(MAX ESTRELLA se eleva, levitando como una raída alfombra mágica y travesando el techo de la casota. Llega una ambulancia a la casa vieja, y PLUTÓN llora porque no puede ver el fútbol. Le piden a LA JESSI si quiere acompañarle)
LA JESSI: ¡No, que ya está puesta la mesa!
MAX ESTRELLA: No me dirán ustedes que esto no es otro esperpento.














ESCENA SEGUNDA

(MAX ESTRELLA va vagando por las nubes de tono grisáceo, el amanecer está despuntando entre la neblina pérfida, empapada y diabólica. Revolotea por las nubes como un yo-yo enloquecido. Piensa en voz alta, con su voz desgarrada, grave y enfermiza)
MAX ESTRELLA: ¡Haré un soliloquio digno de un Segismundo jorobado! Bah. Me aburro de pisar mierdas de nubes y mierdas de personas, seres racionales…, irracionales más bien…, aunque burdos y baratos, baratísimos quizá. ¡Uh! ¡Y van de grandes e importantes y no sabían darme pan, ni vivo ni muerto! ¡Me quemaron la yema de los dedos! ¡Grandes! ¡Grande es el que tiene pan! ¡Y van de ricos pero son unos gañanes! Pero dejemos estar estas tonterías. Necesito un trago. ¿Tan mal me habré portado que vago por el infierno? Porque soy pobre, tan pobre que no tengo ni sed, pero quiero un trago, y no puedo beber. Yo no creo que fuera malo. Iluso, sí. Ingenuo, quizá. ¿Pero malo? No creo que la pobreza sea un pecado, y mucho menos si lo dictan los hombres. Aunque puedo ver. Algo es algo. (Rumiando como cualquier conejo con alas) Me pregunto qué harán esos jóvenes poetas que conocía cuando estaba en pleno estado de pre-putrefacción... ¡Ese Dorio, y todos los demás! Supe tiempo después que cuando me tiraron gratuitamente a los calabozos como si fuera un saco de desperdicios, excrementos de rata, o restos de político (que viene a ser lo mismo), que habían acudido a la injusta y silenciosa prensa de ésos años. ¡Ah! Si yo gritara más fuerte que ellos, me ofrecerían sus orejas en bandeja de plata. ¿Cómo decía ése perro estafador, mi Don Latino? Me seguía como un camello: trotando. Y asimismo decía… ¿Qué decía?, hablaba mucho. Pues como un camello decía… (ay Dios, no tengo un trago…), como un camello, pues, cantaba: ¡me quito el cráneo! ¡Sí, sí, eso decía el muy galgo! Oh, Dios, qué aburrido es esto. ¿Dónde carajo se hallará el grandioso dios de los muertos? (mira hacia arriba. Su cara descarnada dibuja un mohín disgustado) ¡Oh Padre Nuestro que estás en los cielos, cumple nuestros deseos…! ¡Coño, necesito un trago! Que sí, que beber mata… (se ríe solo) ¡Joder con ese grandioso Dios de los cielos! ¿No nos prometía el paraíso? ¿¡Pues donde está la absenta?! ¡Eso sí es brebaje de dioses: una absenta bien dulzona, que se te pasan todos los males e incluso la absurda manía de querer pensar todo el rato! ¡Bah! ¡Perros de cervezas, me río de vosotros! (solloza) No, no me río, que mi lengua putrefacta ha olvidado los placeres del alcohol. ¡Ah! ¡Ya basta! No soporto más este puto soliloquio. Que se lo quede Segismundo, ¡y que mal rayo le parta, y que no despierte! ¡Maldito, cruel soliloquio! ¡Ah musa de las artes…, ramera! Me has abandonado. Sin nada que me saque de éste maldito infierno de nubes, la inspiración me ha abandonado. ¡Ah musa de las artes…, ramera! (parpadea) Pues he terminado el soliloquio. ¡Trágate ésta, Segismundo!
ESCENA TERCERA

(MAX ESTRELLA, con el gesto torcido amargamente, denotando aburrimiento, se adentra en los estudios de televisión de Tele5. Traspasa las frías paredes de gris vómito –vomitivo– y se pierde en los laberínticos pasillos que se adentran en otro infierno de Dante, manchado con el amarillo de la ignorancia diabólica. Se interna en una sala, es el vestuario de BELÉN ESTEBAN. La encuentra medio desnuda y se tiene que tapar el rostro, más que por respeto o recato, por espanto)

MAX ESTRELLA: He llegado al noveno círculo del infierno. ¡Eso es una bruja o un demonio!
BELÉN ESTEBAN (con el móvil enganchado a la oreja): Sí, jope, te he dicho que te comas el pollo, no me chulees.
MAX ESTRELLA: Es un monstruo, pero tiene el don del habla. Aunque la esfinge y las sirenas también hablaban, incluso cantaban… No sé si fiarme. ¡Oh Dios inclemente! ¿Para eso recobró mi espíritu la vista? ¡Ya podrías habérmela arrebatado! ¿Es este otro castigo por dejarme crecer la barba y no ponerme del lado de los vendidos? ¡Incluso tú te vendes, permitiendo tales aberraciones! No creo en tu imagen ni en tu semejanza.
BELÉN ESTEBAN (con el móvil aún): Andreíta, no te me pongah chula, que la mami dirá el alfabeto hoy pa’ ti.
MAX ESTRELLA: La noble alternativa del suicidio se me ha negado.
BELÉN ESTEBAN: Y ara te cuelgoh. Sí, saldré con er presi… ¿o no es el presi? El Rajoy.
MAX ESTRELLA: He oído ese nombre con anterioridad, vagando por las casas empapadas de locura de ésta nuestra España esperpéntica, ¡loca! Es un político. ¿Y políticos mezclándose con el pueblo? ¿Y con este pueblo además? ¡Extraño, si no grotesco! ¡Me relamo! Qué magnífica novela podré escribir de esto. ¡Yo, el primer poeta español, no tengo más papel que el aire y más tinta que las nubes! ¡Otro castigo divino, sin duda, por mis barbas!
(BELÉN ESTEBAN se viste. Sobre su cuerpo feo y plastificado, de curvas erróneas, trazadas por el pincel de algún Dionisos o quizá un sátiro, el vestido más grotesco, desternillante y llamativo de la cámara)
MAX ESTRELLA: ¡Y niegan la leyenda negra! He aquí una oscura descendiente.
(MAX ESTRELLA persigue a BELÉN ESTEBAN por los pasillos, cada vez más amarillos ante los ojos del poeta muerto. Llegan a un plató, todo luces y decoración demasiado normal para los disfraces de los reunidos. El público, como ganado tras unas barreras para protegerse de las envestidas de los toros, gritando mugidos. MAX ESTRELLA siente que se le humedecen los ojos de pura decepción. Entra una marioneta palitiesa en la sala, embadurnada con un esmoquin como un escupitajo de tabaco. Es el señor MARIANO RAJOY, para abreviar, le trataremos de RAJOY. BELÉN ESTEBAN se levanta y le abraza efusivamente ante los ojos aterrorizados del galán)
RAJOY: Muchash graciash, señorita, por su efushividad. No era neshesaria.
BELÉN ESTEBAN: Siéntate, presidente.
RAJOY: Me shiento. Aunque no shoy preshidente. Aún.
(ambas marionetas variopintas se sientan. Estadillo de aplausos en las gradas. MAX ESTRELLA se horroriza)
MAX ESTRELLA: ¡Y que haya tenido que morir para ver esto! Una horrible sirena con piernas y cerebro de pez, y un señor “aún no” presidente que se ahoga al hablar…
BELÉN ESTEBAN: Estamo’ todo’ mu’ contentóh’ de tenerte aquí, casi presidente.
RAJOY: Muchash graciash. Me debo a mi pueblo, no como los socialishtash, que no han shabido hacer una política de gobierno shostenible…
BELÉN ESTEBAN: Casi presi, ¿qué piensah’ de loh’ del 15 N?
RAJOY: La acampada de eshosh rebeldes inconshientesh que quieren sheparar Eshpaña y no hasher caso de la constitushión… Losh mediosh lo han catalogado de 15 M, sheñorita Eshteban, aunque comprendo que…
BELÉN ESTEBAN: ¿Seguro? ¡Porque a mí man’ dicho otra cosa!
RAJOY: Puesh shí, sheñorita Eshteban, pero…
BELÉN ESTEBAN: ¡Uhtéh’ está mu’ seguro de tóh’! ¿Qué me ehtá diciendo, ignorante a mí? ¡Porque cuidadín con lo que se le dice a la Ehteban eh! ¡Que la Ehteban éh mucha Ehteban para usté’!
MAX ESTRELLA: Si usted no es ignorante, señorita Esteban. Pero merecería ser la mujer de Maura…
RAJOY: Lo que iba a deshir, shi me dejara terminar…
BELÉN ESTEBAN: ¿¡Me estáh’ llamando maleducáh?! ¡Pohque yo soy mú educáh eh! ¡Que tengo una hija y la educo mu bien!
RAJOY: Yo no digo nada.
MAX ESTRELLA: ¡He aquí una verdad innegable, una verdad bíblica, hiperbólicamente real! Él no dice nada.
BELÉN ESTEBAN: ¡Que yo poh’ mi hija mato!
RAJOY: Yo quería quejarme de losh shoshialishtash; ellosh nosh han conducido a la crishis y no tienen…
BELÉN ESTEBAN: ¡Ma-to!, ¡eh!
RAJOY: …no tienen sholushionesh…
BELÉN ESTEBAN: ¡Y que me vengan aquí y me digan que soy mala madre!
MAX ESTRELLA (plantándose enfrente de ella): ¡Mala madre! Oh… No hace nada. ¡Qué lástima ser cadáver!
RAJOY: …y nosh arrashtran…
BELÉN ESTEBAN: ¡La educassión éh’ lo primero!
RAJOY: Preshishamente invertiremosh en educashión.
BELÉN ESTEBAN: ¡Porque yo tengo musha’ educassión! ¿Quiereh que te lo demuestreh?
RAJOY: No esh preshiso.
BELÉN ESTEBAN: ¿No te lo creeh’?
RAJOY: Que shí, que shí…
BELÉN ESTEBAN: ¡No me deh la rassón como a lah’ locah’! ¡Que no ehtoy loca, máh loco ehtáh tu!
RAJOY (perplejo y furioso): ¿Perdone?
BELÉN ESTEBAN: ¡Lo queh’ oyeh’!
(MAX ESTRELLA va alejándose lentamente, petrificado como la mujer de Lot al volver la vista atrás. Se eleva lentamente hasta las nubes y allí nada, entre la nada azul como la liberación de un París maltrecho y sin absenta)
MAX ESTRELLA: Tras ver este esperpento, debería cambiarme el nombre a Máximo Estrellado. ¡Que no se mueran nunca, por favor! Que vivan durante milenios incluso, ¡que sus cuerpos sean traspasados por mil balas y mil flechas y mil injurias y mil verdades, pero que nunca lleguen a verse, que nunca sepan qué son, entonces no tendrían más remedio que desterrarse hasta el lago Estigia por decencia! Y en el lago Estigia, señores míos, se está mejor cuando el esperpento se puede ver de lejos. Desde arriba. Cuando contemplas las marionetas ¡quitándose el cráneo! Ya ni falta hace que se miren en espejos cóncavos. Esta realidad se ha pasado de grotesca. Las ecuaciones no son ecuánimes. ¡Por favor, Dios, si estás aquí, dame sólo un sorbito! (espera durante un largo par de minutos) ¡Maldito seas, Pater sordo!

lunes, 22 de agosto de 2011

Indecís vol d'ocell

The air around me still feels like a cage
Snuff (Slipknot)

Ara te n'has anat i m'has deixat
nua i sola
en una habitació polsegosa
plena del teu record.

Encara tinc el pijama al cos
però m'has despullat l'ànima
arrancant-me els fils de la por
amb carícies.

Tremolo si sento la teva veu
o si bufa el silenci.
Ara dubto com aquella persona 
que mai vaig ser
i que tu no estimaries.

O potser sí i per això m'has deixat 
nua i sola.
Perquè se'm notin els dolços barrots dels teus dits
clavats a la pell.

No sé si tinc les ales entumides o mortes.

lunes, 8 de agosto de 2011

Alguna resaca

Aborrezco el incesante zumbido
las pautas las pausas
mensajes subliminales de un gris tardío
sonrisas marcadas por la cocaína
ojos inyectados en sangre
suciedad grisácea y fría
bloques de hormigón, basura
triste despertar de resaca
en la sien resuenan
las risas confusas confundidas
de la noche anterior,
los gritos
que se resquebrajaban entre mis labios
cuando algún desconocido me tocaba
el latir difuso mortecino
de mi pulso y mi mareo
el vomitivo sabor de la vida en la lengua rasposa
la botella de Martini
tirada al suelo
sin aceitunas ni nada
algunas bragas
(no son mías)
con el triste rictus burlón de una Hello Kitty desvirgada
el sol, maldito y enfermizo, que se filtra
que hiere la retina
que calienta la sangre de mi mano amarillenta
el pelo que se enrosca en mi muñeca
y el cuerpo tendido de algún desconocido
que me tocaba.