Ulls

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Les meves paraules. La meva mirada. Els meus ulls.

Bienvenid@s - Benvinguts/des


- L'autor és el déu del llibre, però (...) un llibre no és exactament l'ànima de l'autor.

- No, però és el més pròxim sobre el món terrenal que trobaràs de l'ànima
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[Laia Muntadas i Aina Soley]

sábado, 28 de agosto de 2010

Dejarla marchar

¿Qué fue? Lo que yo vi. ¿Lo sabré acaso algún día?
El tiempo pasa tan deprisa..., y el cuerpo se marchita tanto... No quedan fuerzas, estoy cansado; necesito sonreír, pero las muecas me dejan agotado. Y por cansancio y por pereza me olvidé de lo que era esbozar una sonrisa.
Nunca..., nunca la sentí como mía. Siempre fue distante. Nunca estuvo aquí. Al final entendí que su corazón estaba vacío..., que nunca me iba a querer. E hice lo que siempre me pidió con gritos mudos...: la dejé marchar. Y aún me duele verla atravesar la puerta sin mirar atrás. Aún..., siento ése agujero en el pecho, punzante, ése amor que nunca me logré arrancar... Al contrario, él me arrancó a mí. Pero fue por amor que ahora estoy solo. Fue por amor y por verla sonreír que me arranqué la sonrisa.
¿Lo lamento? Quizá a veces. Cuando estoy solo, acurrucado en mi cuarto, y la noche se tiende fría. Frío su manto y fría su luna, frío su viento y su sonrisa. Y necesito su calor. Porque su calor iba más allá que el simple calor corporal. Para notar otros cuerpos no tengo mucho problema. Pero no son ardientes, no queman. Sus ojos están apagados, en su interior no veo ni una llama.
El tiempo pasa tan deprisa..., y sin embargo aún sigo anclado en ése momento. Me cogió de la mano y me miró a los ojos, fijamente. Y no sé qué fue lo que vi. Y tampoco sé si lo sabré algún día. Pero algo me decía, déjala marchar. Y le dejé la puerta abierta, le dije: si quieres, márchate, pero yo siempre te querré. Y me miró sorprendida, me sonrió con tristeza y se fue. Su cuerpo atravesando ésa puerta fue lo peor que me ha deparado la vida.
¿Que si la hecho de menos? Todos los días. Yo nunca rompí mi promesa, y la amo como el primer día. Pero de todas formas no estaba conmigo. Y no era justo verla marchitarse a mi lado. De todos modos, no era mía. Me limité a dejárselo ver. Y ella lo vio. Y se marchó a buscar una sonrisa.

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