Ulls

Ulls
Les meves paraules. La meva mirada. Els meus ulls.

Bienvenid@s - Benvinguts/des


- L'autor és el déu del llibre, però (...) un llibre no és exactament l'ànima de l'autor.

- No, però és el més pròxim sobre el món terrenal que trobaràs de l'ànima
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[Laia Muntadas i Aina Soley]

domingo, 23 de mayo de 2010

Bécquer

Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poder presentarse decentes en la escena del mundo. (...) No obstante necesito descansar: necesito, del mismo modo que se sangra el cuerpo por cuyas hinchadas venas se precipita la sangre con pletórico empuje, desahogar el cerebro insuficiente a contener tantos absurdos.

Gustavo Adolfo Bécquer.



En clase hablamos del famoso Bécquer, el autor de ésos grandes poemas que los jóvenes copiamos sin preocuparnos de su autor; las palabras, más que su vida, más que él, son lo que nos importa: porque no son suyas, son de todos. Sus emociones no son suyas, son de todos. Sus esperanzas, son lo que nos ha legado y lo que guardamos con más celo, y no porque sean suyas, sino porque todos tenemos esperanzas.
Guardamos sus sueños inmortalizados con tinta, guardamos aquello que no quiso ocultar en su corazón. Y él nos retrató a todos.
Bécquer "vomitaba su alma en cada verso", decía lo que tenía dentro con palabras sencillas, y claras, y bellas. Bécquer nos habló de él en cada palabra, y cuando lo leemos, tenemos que pensar: ése es, él es esto.
Vivió de prositución alguna vez: pues que publicó sus obras, aunque sentía que vendía su alma. ¿Y no es eso, al fin y al cabo, prostituirse? ¿Vender algo que es tuyo, aunque tú no lo quieras? ¿Venderte a ti mismo en contra de tu voluntad?
Si ahora pudiera hablar con Bécquer, no dudaría en decirle que nunca se vendió. Jamás. No vendió su alma al contarnos su vida, no cobró entrada para que viéramos su interior. Nos regaló las emociones, los pensamientos, las ilusiones de una gran persona. Nos regaló una parte de él que nos hizo descubrir una parte de nosotros mismos, nos iluminó a base de versos, nos conmovió.
No es fácil. Yo persigo ésa misma meta, y no es fácil. Cierto es que das algo de ti mismo, algo muy íntimo, algo que es tuyo y que en cierta medida no quieres que nadie tenga, es privado.
Pero no es prostitución. No es vender tu alma.
Es generosidad. Es regalarla.

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