Me romperé el cuello
con un movimiento brusco
-de depredador despedazando carne-
con tal de olvidar lo que
no he desaprendido hoy;
quizá si sueño en blanco
el invierno no será tan frío,
y puede que los cuervos
desdibujen su vuelo alrededor
de mi cuerpo.
Me pasaré los días
destrozando con la pluma
la nívea silueta del papel,
manchando de podredumbre
los versos hoscos que
se atragantan en la garganta
y amenazan con acuchillarla.
No olvido el tiro limpio
en la cabeza de aquél viejo griego
ante el Parlamento;
que pidió como última voluntad
conservar la dignidad
y no rebuscar en los cubos de basura.
Quizá si reseteo mi mente
no tendré que abrir la boca
y vomitar la sangre
de las víctimas
del capitalismo.
Requiest In Peace.
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